En el programa de ayer de La Noche Temática se emitió un fabuloso reportaje sobre el tráfico de residuos a nivel mundial, un estraperlo en el que están involucrados cónsules, presidentes de gobierno y los grandes señores de la guerra que permiten que residuos radiactivos viajen desde los países donde se generan (países ricos) a las costas de los países más pobres, que actúan como vertedero improvisado.

El tráfico de residuos tóxicos es una lacra que afecta directamente a los países más pobres del mundo, como Mozambique y Somalia. Según explica en el vídeo un antiguo traficante de residuos, se trata de «colocar esos residuos en los países con mayor inestabilidad política y social, donde haya más pobreza y la mirada internacional esté ausente». Así de triste. Como consecuencia, miles de niños somalíes esperan la muerte en hospitales olvidados y sin ningún tipo de medios, aquejados de malformaciones por el contacto con los bidones radiactivos que se encuentran en las costas de su país. Nada importa en un país sin ley. «Sólo importa el dinero, las personas no cuentan», relata el ex-traficante, que denunció la situación a partir del asesinato de la periodista italiana Ilaria Alpi, que se introdujo en una red de piratas que traían residuos desde Italia a Somalia.

No os perdais este excelente trabajo periodístico que nos acerca a una realidad espeluznante favorecida por las esferas que mueven el Mundo. (Reportaje enlazado al comienzo de esta entrada)

 

El resultado de las elecciones del pasado 22-M no ha pillado a nadie por sorpresa, el éxito abrumador e indiscutible del PP es la manifestación de un sentimiento general llamado frustración e  incredulidad hacia la política y, en especial, hacia el gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero. El castigo perpretrado por los ciudadanos contra  la izquierda socialista tiene su origen en los 5 millones de parados y en  la  crisis económica que ha sumido a España en un letargo pegajoso  que amenaza con no desperezarse. La derecha ha conquistado las autonomías y municipios  con la legitimidad que otorgan 2 millones de votos de diferencia respecto al PSOE. La democracia, esa que idealizaban los griegos en el ágora, tiene la potestad para decidir sobre el futuro de los ciudadanos que la conforman y tiene la facultad  de elegir  a los políticos que representarán sus inquietudes. Y en ese aspecto, el pueblo ha hablado.

Mapa electoral 2011, España

Lo que se plantea a continuación son las posibles consecuencias de estos comicios electorales, la repercusión que la victoria del PP supondrá para nuestras vidas.

Los ciudadanos no han castigado ni a los corruptos ni a los misógenos, han cargado toda su furia contra un Gobierno desgastado que no ha sabido asumir a tiempo las terribles consecuencias de la crisis. Las medidas y los recortes llevados a cabo por Zapatero son necesarios para el resurgimiento (o más bien para el cambio) de nuestro sistema productivo. Pero han llegado tarde y de la mano de una ensoñación demasiado optimista por parte del jefe del Ejecutivo, que siempre ha predicado una visión cortoplacista de los efectos de la crisis. Sin embargo, la impunidad que se ha concedido a delincuentes como Francisco Camps no es justificación a los sinsabores de este gobierno. De la misma forma, de la Riva ha obtenido mayoría absoluta en Valladolid pese a sus desafortunados comentarios sobre Leire Pajín. Por no hablar de políticos como Ismael Álvarez, ex popular acusado de un delito sexual en el caso Nevenka y que, aún con ese precedente abominable, ha obtenido con su nueva coalición (IAP) 5 concejales . En conclusión, se castigan unas cosas pero se perdonan otras de igual o peor envergadura.

Francisco Camps

De la Riva

Ismael Álvarez

El PP debería empezar a aplicar sus propuestas anti-crisis en las comunidades donde va a gobernar sin ningún tipo de restricción, que son prácticamente todas. Las supuestas medidas redentoras que el PP esconde detrás de la manga (¿las ha hecho públicas en algún momento?) pueden aplicarse como un primer ensayo de lo que luego Rajoy propondrá desde la Moncloa, si es que logra mantener el ánimo actual y su falta de carisma no le juega alguna mala pasada. La obligación del PP es acabar  con la deuda presupuestaria a la que están sometidas ciudades como Madrid o Valencia, gobernadas precisamente por este signo. Pedir elecciones anticipadas es un acto de irresponsabilidad, Zapatero se ha comprometido hasta el final con este país y sus recortes deben seguir adelante y demostrar que han sido necesarios para normalizar la situación económica. El PP tendrá su oportunidad, totalmente merecida, dentro de un año.

El PP ha ganado la guerra, ¿o la ha perdido el PSOE?

Y ante este panorama  estamos nosotros, los jóvenes, los que constituimos esa generación representada por el Movimiento del 15-M que ha sabido encauzar toda la rabia contenida en forma de protesta pacífica. Nosotros somos los que queremos un cambio, un sistema justo que no nos ahogue en un mar de frustración y desesperanza. También queremos un cambio en el sistema político: una reforma de la Ley Electoral, tremendamente injusta  para las corporaciones pequeñas, y unos políticos que no llenen sus bolsillos a costa del pueblo, ése al que han de servir por encima de todas las cosas, incluso por encima de algún que otro traje de alta gama.  Es el momento de gritar, no sólo en las urnas, sino  también en las calles.

¿El fin justifica los medios? Para los americanos parece que  sí, por eso no han dudado en violar  el derecho internacional al  inmiscuirse en  un territorio soberano para perpetrar  una de las operaciones más controvertidas de la Historia, la caza de Bin Laden, el terrorista más escurridizo de los últimos tiempos.  Tampoco dudaron en invadir Irak en busca de supuestas armas de destrucción masiva, que por cierto nunca aparecieron. Pero está claro quiénes son los buenos y quiénes los malos, pocos se atreven a acuñar el término «terrorismo de estado» para explicar el asesinato de Bin Laden, muy pocos, porque parece ser que los que visten Armani y cobijan sus planes en un amplio despacho de Wall Street son los que están legitimados para cometer todo tipo de atrocidades. Los malos mientras se refugian en alguna parte del desierto urdiendo antentados suicidas contra el imperio de Occidente. Pero da la casualidad de que el terrorismo de guante blanco es mucho más peligroso, mucho más temible aunque vista la pulcra capa de la oficialidad. Pero sólo tenemos la versión oficial, en realidad es con la que nos conformamos, la que habla de una captura limpia y necesaria. Lo cierto es que la operación Gerónimo pasará a los anales por las contradicciones de los americanos a la hora de explicar a la opinión pública lo que realmente pasó la noche del pasado 2 de mayo en Abbotabbad (Pakistán).

Osama Bin Laden

Primero, el mensajero de Bin Laden confesó el paradero de su superior bajo tortura, lo cual ya plantearía la primera irregularidad en la caza del enemigo número uno de Estados Unidos, el terrorista que el 11 de septiembre de 2001  conmocionó al mundo atentando contra EEUU y que generalizó el estado de paranoia a nivel mundial. Desde entonces el mundo ha vivido con miedo, ante la vulnerabilidad que demostró el derrumbamiento de esos símbolos de poder que representaban las Torres Gemelas. Unas  3000 personas murieron por los perturbados designios de Bin Laden, el autor confeso de los atentados del 11-M en Madrid (pese a que algunos aún se empeñen en la teoría de la conspiración). En la misma línea de locura de Bin Laden, el señor Bush se inventó una guerra que tuvo unas consecuencias probablemente irreversibles para Irak; 109.000 muertos entre 2003 y 2009 y sucesivos abusos y torturas  a la población por parte de las tropas estadounidenses, como han demostrado los papeles del Departamento de Estado filtrados por Wikileaks a El País. 

Segundo, genocidas como Milosevic y Sadam Husein tuvieron un juicio digno, así que no es comprensible el motivo de negar este juicio a Bin Laden, se destruyen así las bases de cualquier Estado democrático de derecho. EEUU siempre ha alardeado de ser la democracia más antigua del mundo y la más poderosa, a pesar de que coexiste con esta proclamada libertad la pena de muerte. Además, un  puritanismo feroz  colabora con  la creación de una sociedad encorsetada en valores obsoletos. EEUU es el país donde primero se vetan las películas «subidas de tono», donde se lleva a cabo un discurso cada vez más radical y rayano en el fascismo que predica políticas antiinmigración (Tea Party) y donde se mantienen cárceles-tortura como Guantánamo.

Tercero, y más importante, se está llevando a cabo una separación muy peligrosa entre oriente y occidente, con la muerte de Bin Laden pueden abrirse heridas entre dos culturas históricamente enfrentadas que no cesarán su particular guerra hasta que no haya un brote milagroso de tolerancia. Al Qaeda no representa a los musumanes ni al Islam, eso es lo que tiene que quedar  claro. La fricción entre musulmanes y cristianos, el enfrentamiento religioso que más muertes ha provocado a lo largo de la Historia, debe acabar por parte de unos y otros. La interculturalidad es necesaria para el florecer de las culturas, la mezcla de razas es, biológicamente, necesaria. La convivencia en paz es algo tan deseable como utópico. Pero no podemos rendirnos, no podemos conformarnos con la versión oficial, en las guerras no hay buenos ni malos, hay víctimas, casi siempre indirectas (civiles).

 

La energía nuclear, el enemigo invisible, una conjunción letal de corrosivos  elementos llamados estroncio, plutonio y cesio. Una nube radicactiva que  puede sumir a una ciudad entera en la desesperación y el abandono, que puede desterrarla en el olvido durante más de 24.000 años, periodo en el que se desintengran algunos isótopos readiactivos.

 La Noche Temática y Cuarto Milenio han elaborado dos fabulosos reportajes sobre la tragedia de Chernóbil, de la que hoy precisamente se cumplen 25 años. Fukushima nos ha mostrado la vulnerabilidad de las centrales nucleares  ante desastres naturales. Chernóbil nos enseñó que la ambición y el poder por dominar la tecnociencia no son más que aspiraciones humanas frustradas por el error que implica toda experimentación artificial (humana).

Central nuclear de Fukushima

 No hay cifras concluyentes sobre el alcance del desastre de Chernóbil. Algunas asociaciones independientes cifran los damnificados directos e indirectos en millones. El silencio de la URSS no ha podido esconder una de las mayores tragedias de la historia de la humanidad.

Miles de reactores nucleares siguen hábiles en todo el mundo, algunos situados en territorios  con previsiones sísmicas en los próximos 30 años. Las consecuencias de la energía nuclear tienen un alcance global, ya que la onda expansiva radiactiva que nace en una central puede extenderse a miles de kilómetros.

No más nucleares. La Historia nos ha enseñado algo, que el enemigo invisible, la radiactividad, nunca muere, nunca duerme, y acecha en la sombra aprovechándose del egocentrismo humano, que cree saberlo todo y no es más que un ápice de materia. La radiactividad penetra en la ropa, en las casas, en el pelo, en la cadena alimenticia. Lo envuelve todo con una pulcra sábana de luz blanca, revestida de inocencia,pero la radiactividad aniquila la vida y provoca el éxodo de miles de personas, una diáspora que nunca tendrá retorno, pues hacen falta cientos y cientos de años para que una zona con radiactividad recobre la normalidad.

 

Saldaña es uno de los pueblos de la provincia de Palencia más acusados por la inmigración. El 5,34% de su población es inmigrante y hay 21 nacionalidades registradas en un total de 3222 habitantes. La tasa de inmigración ha aumentado considerablemente desde 2004 y ha pasado de 172 inmigrantes en ese año a 355 extranjeros  en 2011. El grupo mayoritario de inmigrantes, 152 personas, lo constituyen los marroquíes, seguidos de rumanos (108) y búlgaros (26). Son personas jóvenes que ocupan principalmente puestos de trabajo relacionados con la construcción (en declive tras la crisis), la explotación ganadera y la plantación y recogida de la fresa. La Hermana Loreto, voluntaria de Cáritas en Saldaña y muy vinculada al sector de la inmigración, confiesa que “los inmigrantes ocupan aquellos puestos de trabajo repudiados por los saldañeses”, especialmente en un medio rural como Saldaña sumido en un proceso económico claramente regresivo, ya que el sector primario que ha constituido el ámbito productivo  hegemónico  en Saldaña y comarca ha sufrido la pérdida de mano de obra joven que ha emigrado  a las ciudades.  A este menosprecio del trabajo agro-ganadero se suma  el envejecimiento progresivo de la población rural y una evidente masculinización de la población saldañesa. Miguel Nozal, alcalde de Saldaña, asegura que “la llegada de mujeres y hombres será a medio plazo un elemento de mestizaje” y, añade, “la inmigración es necesaria porque aporta población joven y resucita el sector ganadero que tanta riqueza ha dado a nuestro pueblo y que  actualmente se encuentra  rechazado por los jóvenes saldañeses y españoles en general”. La empresa Viveros Huelva, situada en Perales de la Vega (a 3 kilómetros de Saldaña), acoge a mano de obra principalmente inmigrante para  la selección, plantación y recogida de la fresa. El propietario de la empresa, José Luis Fernández Puente, avisa de que “la recogida de las fresas es un trabajo duro y estacional que requiere de mucho esfuerzo físico. Los españoles no estaban dispuestos a trabajar en esto antes de la llegada de la crisis”.

La plaza del ayuntamiento es el lugar donde se reúnen muchos inmigrantes

Las ayudas que se les prestan a los inmigrantes se subvencionan principalmente desde el Ayuntamiento, a pesar de que la mayor implicación para la integración de la inmigración en Saldaña es mérito de los voluntarios, muchos profesores retirados y otros profesionales que dedican sus horas a favorecer la comprensión y la implicación del inmigrante en la sociedad saldañesa. Con este propósito de integración han visto la luz proyectos como el Programa de Apoyo Escolar, una iniciativa que facilita a los niños inmigrantes el aprendizaje del idioma y el refuerzo del estudio en horas extraescolares. La barrea del idioma se traduce muchas veces en incomprensión y por eso el objetivo de los educadores voluntarios es enseñar al extranjero el castellano como primer paso para que pueda expresar sus ideas, miedos e ilusiones. Los niños que acuden a este programa son mayoritariamente inmigrantes procedentes de familias desestructuradas que saben poco o nada de castellano. José Luis Pablos, educador social y técnico  de juventud del Ayuntamiento de Saldaña asegura que “muchos de los

niños que vienen lo hacen  porque somos nosotros quienes les vamos a buscar. En sus casas no hay calefacción y sus padres no se oponen a que vengan porque muchos se desentienden del cuidado de sus hijos”. El IES Condes de Saldaña es la institución encargada de elegir a los niños que acuden  al Programa de Apoyo. De los 236 niños que hay matriculados en el Instituto 32 son inmigrantes. El número  se reduce  si se habla de alumnos inmigrantes en Bachillerato, ya que de los  59 niños matriculados solo 2 son extranjeros. María de la Cruz González Lérez, directora del centro, explica estos datos y asegura que “hay mucho abandono escolar entre inmigrantes a partir de los 16 años. Muchos proceden de familias que necesitan que su hijo trabaje para aportar dinero en casa.” La inmigración ha supuesto el mantenimiento de escuelas en pueblos como Poza de la Vega o Pino del Río, lugares  que cuentan con unas 7 familias de inmigrantes y que mantienen los centros educativos abiertos gracias a los hijos de los extranjeros .  Esta reapertura de colegios en pueblos aledaños a Saldaña es un aspecto positivo que puede extenderse también a la villa, donde han cerrado ya 2 colegios en los últimos 20 años ante la ausencia de colegiales.

Algunos saldañeses observan  a los inmigrantes con recelo y según José Luis Pablos es cierto que “muchos se reúnen en la plaza del pueblo y no hacen nada, esa desocupación se hace más visible y eso contribuye a fomentar el falso estereotipo del inmigrante que no trabaja y encima cobra prestaciones sociales”. Sin embargo, la mayor parte de los inmigrantes que viven en Saldaña trabajan, si bien es cierto que la tasa de paro se ha incrementado en población inmigrante al igual que en la  población autóctona. Paradójicamente muchas personas de las que  critican la inmigración en Saldaña tuvieron padres y abuelos que marcharon a Alemania en los años 60 y 70. De Santervás de la Vega, un pueblo relativamente grande situado a 7 kilómetros de Saldaña, marcharon a Alemania y Suiza más de 67 personas en estos décadas, según datos de su ayuntamiento.  El pueblo se quedó prácticamente vacío aunque la mayoría de los emigrantes  regresaron. La integración del inmigrante en un medio rural como Saldaña se ve dificultada por las barreras culturales, también por la autoexclusión a la que se someten muchos de ellos  y, sobre todo, al desconocimiento, que siempre genera miedo y rechazo, “el miedo a lo desconocido”. La Hermana Loreto trabaja todos los días con inmigrantes, dice de ellos que “son gente acogedora, muchos de ellos con graves necesidades y difíciles situaciones, ante las que responden con una valentía y un conformismo envidiables”. Los marroquíes sobre todo son gente muy positiva”. Según la religiosa, muchos extranjeros son más herméticos por miedo al rechazo. Inciativas como la fundación de la Asociación Sociocultural Árabe de Saldaña  son una pequeña muestra de que la integración es posible y además es deseada por parte de los inmigrantes. Muchos de los jóvenes que pertenecen a la asociación son  personas nacidas en Saldaña, que siguen vinculadas a sus raíces y desean por encima de todo una convivencia basada en el respeto. Su presidente, un joven marroquí de tan solo 21 años llamado Farit Meljushment, explica la iniciativa de crear una asociación de jóvenes marroquíes desde una perspectiva personal: “He nacido en Saldaña pero soy marroquíe, soy árabe y amo a mi pueblo y a mis dos países. Nunca renunciaré ni a uno ni a otro y España y Marruecos están por igual en mi corazón”.

En un mundo cada vez más globalizado, la interculturalidad es, en palabras del alcalde de Saldaña, “inevitable y deseable”. Miguel Nozal añade que “no podemos permitirnos el lujo de que la inmigración pase a ser la cenicienta del desarrollo del mundo rural, no vaya a ser que tengamos que encontrar en la inmigración el zapato de cristal de nuestro futuro desarrollo”.

A partir de la Revolución Industrial las economías occidentales se han desarrollado a partir de una fuerte dependencia del petróleo. Cada crisis política reabre el debate en torno a la necesidad de un modelo energético más responsable con el medio ambiente. La crisis Libia, y la posibilidad de que nuevas insurrecciones populares azoten a grandes exportadores de crudo como Siria, Irán o Arabia Saudí, impone una reflexión al resto de países en torno a la futura viabilidad de una economía basada en el petróleo. Además, los datos son alarmantes si se considera la creciente demanda de petróleo por parte de  países emergentes como China, Brasil o India.

Evolución de la demanda de petróleo, sube en economías emergentes

Según la AIE, las reservas probadas de petróleo son de, aproximádamente, 1,2 billones de barriles y, de mantenerse el ritmo actual, alcanzaría el petróleo hasta 2040. Otros expertos, como el analista Sadad I al-Husseini, tachan a la AIE de demasiado optimista y fijan 2015 como el año en el que se alcanzará el cénit del petróleo. En realidad, no es que el petróleo se acabe, sino que cada vez es más difícil su extracción. Así lo indica la teoría del pico de Hubbert, que explica que la explotación de un yacimiento es rentable hasta que se ha extraído la mitad del crudo alojado en él. A partir de ahí la TRE, Tasa de Retorno Energético, que es el cociente entre la energía extraída y la utilizada para hacerlo, aumenta por la falta de presión, con lo que se acaba inviertiendo más energía en extraer el petróleo que la que luego se obtiene con él.

Teoría del pico o cénit de Hubbert

La necesidad de promover una política energética basada en el ahorro y el reciclado no es solo una necesidad propiciada por una determinada situación económica, también es una condición  medioambiental. El IIED define el desarrollo sustentable como aquél que satisface las necesidades presentes sin comprometer la capacidad de las futuras generaciones para satisfacer sus propias necesidades. Teniendo en cuenta que la combustión de petróleo libera a la atmósfera gases de efecto invernadero y es una energía altamente contamiante el abanico de nuevas energías reciclables parece abrirse como la redención a los excesos cometidos hasta ahora.

La energía eólica puede llegar a suponer un respiro para la excesiva factura energética de los países. El problema es que la producción no es constante y depende de subvenciones

 En esta línea, El Gobierno de España ha propuesto la Ley de Ahorro Energético y Uso Eficiente de la Energía, que aboga por el uso de energías renovables y establece una srie de medidas como la revisión de la iluminación en ciudades y edificios públicos o la tan polémica medida de reducir la velocidad a 110 km/h en autopistas y autovías. Algunas organizaciones como CCOO, Ecologistas en Acción, Greenpeace y WWF España valoran positivamente estas medidas pero añaden que «les falta ambición y continuidad» para ser realmente eficaces.

A pesar de esta nueva política el Gobierno ha de ser consciente de la necesidad de promover una verdadera conciencia medioambiental y un compromiso con el uso de energías limpias como la solar, éolica y undomotriz, que podrían suponer un respiro a la excesiva factura energética de los países. El debate sobre la energía nuclear como la más realista sucesora del petróleo se ha recrudecido ante el incidente de Fukushima del pasado 11 de marzo. El pánico se ha apoderado de países con alto porcentaje de reactores nucleares, como Francia (supone el 77% de la energía eléctrica) o Japón, donde el accidente nuclear ha evidenciado la vulnerabilidad de las centrales nucleares ante catástrofes naturales, incluso en un país a la vanguardia tecnológica como Japón.

El modelo económico basado en el petróleo hace tiempo que dejó de ser rentable, ahora les toca a los países salir del atolladero.

En Internet “si no te creas, te crean”. Este ha sido el lema que ha puesto en aviso a todos los políticos de España, que se han apresurado a lanzarse a la utilización de las redes sociales y las herramientas 2.0. Y es que estar en Internet es el primer paso para llegar a un público cada vez más reacio a los medios tradicionales, unos jóvenes que buscan, ahora más que nunca, la “cara humana” de la política. Todo aquel político que no tenga un perfil en Twitter o un blog parece obsoleto.

El “mundo analógico” de la política parece pertenecer al pasado, y conocer el espacio público en el que se ha convertido Internet es de vital importancia si un político quiere mostrarse a los ciudadanos como una persona innovadora y “puntera”. En esta línea, Salomé Berrocal, Doctora en Ciencias de la Información por la Universidad Complutense de Madrid y profesora de Comunicación Política de la Universidad de Valladolid, afirma que “las herramientas 2.0 permiten a los políticos aproximarse a la ciudadanía de una manera más informal, interactuar con sus seguidores, organizar eventos y hacer llegar sus mensajes de manera rápida”. Además, añade que esta es “una situación que gusta a la gente que ya está saturada del formalismo mediático y que opta por vivir una política más espontánea y trasparente”.

Muchos políticos se suben ahora al carro de las nuevas tecnologías, o lo hicieron tiempo atrás cuando veían próximas las elecciones. La visión de que las nuevas tecnologías obligan al político a un mayor contacto con los ciudadanos por las posibilidades que estas le ofrecen ya no es una mera sensación, sino un realidad. Todo político que se precie sabe del poder de las TIC para conseguir un feed-back con los votantes, aunque muchos de ellos son reticentes a emplearlas de forma pública salvo cuando es estrictamente necesario, es decir, cuando llega el momento de rendir cuentas en las urnas.

Sin embargo, la relación de Patxi LópezLehendakari del País Vasco, con las redes es bien distinta, algo que le hace tener una tarjeta de presentación ante los ciudadanos diferente a la de muchos de sus compañeros. El Lehendakari estaba on-line, durante y después de las elecciones de 2009. Desde que en 2007 decidiese crear un blog personal, Patxi se convirtió en un apasionado de la comunicación en Internet.

Patxi López

 

Patxi López no ha querido dejar pasar este tren de las nuevas tecnologías y ya en la campaña electoral de 2009 se expresaba en estos términos en referencia a Twitter: “140 caracteres para cambiar un país”. De esta manera instaba López a la población vasca a usar las redes sociales para hacer posible el cambio político en Euskadi. El Lehendakari se sirve de Internet para reforzar una imagen de cambio, de progreso y de cercanía hacía sus votantes.

 

Nacido en Portugalete en el año 1959, Patxi López se define como “un político 2.0”, ya que la utilización que hace de las herramientas de comunicación que ofrece Internet va desde un blog hasta un perfil musical, pasando por las clásicas redes sociales, Facebook y Twitter, y por un canal propio de Youtube. Sin embargo, ser un político 2.0 requiere de mucho más, quizá de más tiempo, un recurso del que el lehendakari no dispone. Aunque ningún político de primer nivel configura ya su discurso al margen de Internet, las nuevas herramientas que permite la Web, encaminadas a una mayor interacción con los ciudadanos, no siempre son utilizadas respetando la esencia de esta retroalimentación continua entre político y ciudadano.

 

La esencia de la web 2.0 se resume en un diálogo perpetuo. La mera publicación de información no convierte a un político en conocedor del nuevo horizonte que se abre gracias a la Web 2.0. Si, por ejemplo, Patxi López publica algo en Internet, muchas personas lo leerán, pero si esas personas dejan comentarios a Patxi, se sentirán profundamente insatisfechas si no reciben de este una contestación. Por eso, la mera publicación de información en la Web 2.0 solo puede traducirse en una vanidad exagerada o en un interés subyacente vinculado a otros intereses, en este caso, políticos.

 

Twitter

Patxi López tiene más de 99.000 seguidores en Twitter. Él sigue a unos 2.500. Existe una clara desproporción en su ratio following/folllowers que se sitúa en torno al 0.02. Dicen los expertos que todo lo que  esté por debajo del 0.5 es un ratio correspondiente a las “autoridades que hablan y son escuchados”, pero esto no significa que el uso que le da Patxi al Twitter sea el correcto, para ello él también debería «escuchar».

Twitter es una herramienta muy reducida pero a la vez, por esa simpleza, muy peligrosa si se usa mal. Pero Patxi López controla, es evidente por el contenido de sus tweets, sobrios y directos, que enlazan con su blog o con algunas fotos realizadas por el mismo. Sin embargo, López solo contesta a periodistas y otros políticos y hace caso omiso de las preguntas del “pueblo”, obviando que éste colectivo también vota y que ser Lehendakari significa adoptar como iguales a todos los ciudadanos. Desde luego, las redes sociales requieren de mucho tiempo y sería prácticamente imposible responder a todos los tweets que le llegan, por ello, Patxi López, que intenta llevar a cabo un feed-back con el público, realiza cada 6 0 7 meses lo que él llama twitter-entrevistas, donde responde a preguntas que le hace la gente que esté interesada.

En referencia a los tweets que suele publicar, algunos, como el que hace referencia a un problema renal, evidencian esa dicotomía entre lo público y lo privado que resurge con las redes sociales. ¿Hasta qué punto es relevante que un político hable de sus problemas con el riñón? Una mayor cercanía con los ciudadanos puede a veces vulnerar las lindes entre lo privado y lo público.

Twitter de Patxi López

Su cuenta en Twitter está verificada, él mismo se encargó personalmente de este detalle en un viaje institucional a Nueva York, en el que se dirigió a la empresa de Twitter para proceder a la verificación de su cuenta.

Facebook

 

 

En Facebook el Lehendakari se muestra mucho menos afortunado que en Twitter en materia de interactividad. Nunca ha respondido a ningún mensaje, lo cual evidencia  que Patxi López olvida el papel fundamental de las redes sociales: dialogar, compartir, dar y recibir, al fin y al cabo.

Facebook de Patxi López

Con una imagen sobria pero elegante, que muestra al Lehendakari en tono reflexivo, recibe Patxi López a cualquier usuario que tenga el interés en conectar con su página de fans. Patxi mostró en unas declaraciones recientes su rechazo al formato de página en Facebook por tachar de “fans” a sus seguidores. Sin embargo, y ante la avalancha de amigos que saturaron su perfil, esta propuesta fue la única que  permitió a López alojar en su Facebook a más de 9.000 personas.

Sigue utilizando esta red social para promocionar su blog, además de para mencionar temas políticos y alguno personal, aunque son los menos.

 

Blog

 

El blog de Patxi tiene un subrayado color rojo, el tono que históricamente ha representado a su partido. Es una bitácora muy atractiva, en la que el Lehendakari pretende conjugar su lado más personal con su figura política. Salomé Berrocal califica este espacio de “una magnífica bitácora que utiliza para conectarse con los ciudadanos y con sus propios amigos. A través de ella, ha conseguido trasladar al pueblo vasco y a todos aquellos interesados en su liderazgo una imagen más próxima y cercana, al manifestar en su blog sus intereses en la música, la lectura o el cine, a la vez que, en ocasiones, expone su posición política”.

Blog de Patxi López

Aunque el blog tuvo, en principio, un espíritu personal exento de temas políticos es evidente que su implicación en la política se hace notar, sobre todo en el momento en el que se iban a celebrar las elecciones en el País Vasco, cuando Patxi López instó a la población a través de su blog a «votar por el cambio».

Entrada en la que Patxi instaba al cambio

 

En relación a los comentarios, Patxi permite todo tipo de comentarios, tanto positivos como negativos, pero no deja ninguno que incite a la violencia. El problema vuelve a ser el que tiene en el resto de redes sociales: no responde a los comentarios, según él “por falta de tiempo”.

 

Sin duda, si el blog destaca por algo es debido a que Patxi López conoce el lenguaje visual que prevalece en el mundo digital. Así, apoya sus textos, bastante breves, con vídeos y fotografías, en muchos casos de cosecha propia. De esta manera, su blog se convierte en un espacio dinámico y atractivo que no destila el abigarramiento compositivo de otros blogs de políticos, que siguen olvidando que ante un nuevo medio es necesario utilizar un nuevo lenguaje, lejos de textos pesados e interminables que incitan inmediatamente al internauta a “hacer zapping”, es decir, a irse a otra página a golpe de click.

 

En pre-campaña Patxi López publicaba en su blog casi una entrada diaria, de marcado carácter político, después de su triunfo en las elecciones esta asiduidad fue decayendo, aunque ha mantenido un blog más o menos actualizado.

Con esto se concluye que, aunque las redes sociales son utilizadas por los políticos para ofrecernos su cara más humana, inevitablemente subyace en toda esta “cara amable” una doble intención, que tiene como telón de fondo la propaganda política. Sin embargo, Patxi López enmascara muy bien esa doble intencionalidad conjugando temas políticos con otros que lo convierten en una persona real, como su reiterada afición por la música o la literatura.

Siempre tuve una cierta inclinación a ver las cosas desde debajo de la mesa. Siempre con esa estúpida subversión, temeroso de sacar un pie fuera  de la senda del perdedor que había tomado como camino, una ruta de efímeros recuerdos en la que la subsistencia dependía siempre de no ser demasiado bueno, un sendero seguro, en el que puedes vivir dignamente con tu gran caparazón de legítima defensa. Nadie te ve, nadie te escucha, entonces tu invisibilidad se convierte en tu arma más letal, la lejanía, la soledad y los devaneos entre lo que fue y lo que pudo haber sido  convierten tu existencia en una masa deforme que se esparce desordenadamente por el espacio. El presente no existe, es una ensoñación placentera a caballo entre el  pasado y el futuro. Decía Proust que Dios es la soledad de los hombres. Si eso hubiese sido cierto yo me hubiese ordenado sacerdote. Quizá hubiese llegado a Papa. No creía en nada, ni en mi mismo, ni en el ni en el mundo que me rodeaba. Tampoco en los pilares que sustentaban una sociedad mediocre y alineada, a saber, el dinero, el poder y la legitimación de éste mediante la guerra. Siempre fui una de esas personas que pierden por norma, llegué a odiar las risas, los cotilleos del barrio, las llanuras de tierras fértiles que eran las vidas de mis vecinos. Yo era un abrupto en ese terreno plano, un eructo de la tierra, un escalón que estorba en medio de un bonito decorado.  En todo este contexto mísero y adverso, solo me quedaba la foto de mi madre, un extraño retrato de la mujer que nunca conocí, y no por eso quise menos. Su rostro alargado y su cara rechoncha parecían un retrato de Modigliani. Los ojos fluyendo en un espacio indeterminado, unos ojos vulgares pero profundos, hirientes, que buscaban en un punto alejado la eternidad de los instantes. Lo único que sabía de ella era que había partido a Alemania cuando yo era un niño, para enviar dinero a mi padre, un borracho resentido que descargó contra mí todas sus frustraciones, su dolor y su miedo, su rencor hacia un mundo que siempre le dio la espalda. Recuerdo que me atizaba con un cinturón de color marrón, con la hebilla plateada y enquistada en un broche de color verde. Mi abuela me contó que mi madre fue muy infeliz en Alemania, y que acabó enredada con un negro que la llevó con él a vivir a Sudáfrica. Mi padre y yo nos mudamos a Galicia cuando le  llegó la noticia de la traición de su mujer. Mi abuela también dice que ella volvió a buscarme, pero eso es algo que nunca podré saber con certeza. Ahora casi no me importa, ya no.  Por eso decidí partir, ir tras el rastro de ese reflejo aterrado, de esos ojos que consiguieron fundir el corazón helado de mi padre. Fui tras ella, rastreando su olor, su perfume intacto que se acomodó en mi mente cuando yo era un niño, y que nunca osó marcharse de ese rincón oscuro de mi memoria. Marché tras las huellas borradas de mi madre, también en un intento de desperezar  mi estado de trance, el  punto muerto dilatado en el que se había convertido mi vida. Decidí marcharme…y comprendí que la transformación espiritual de uno mismo es un proceso perpetuo, que requiere de tiempo y ganas. Desde el primer momento de mi partida supe que jamás regresaría,  quería ser un  emigrante eterno, un turista accidental impulsado por sus recuerdos, no el exiliado que siempre anhela un retorno.  Cómo  echar  de menos nada de aquel pueblo lluvioso, gallego y triste. Como un poema malo de Dostoievski. Siempre un cántico amargo, exhumando los dolores y enterrando las sonrisas. Ecos del pasado, conciencias navegando en un mar de sueños deshilachados. El  billete de vuelta sigue siendo hoy algo tan incierto como una bruma.

La primera ciudad en mi itinerario de alma errante fue Berlín. Parecía una ciudad bella, pero yo me sentía en aquel sitio como un garbanzo olvidado en la sopera. Solo y triste, marginado. Mi reflejo siempre me había devuelto el retrato de un advenedizo, una  figura desdibujada y desvirtuada por la traición de su propio cuerpo,  veía en los charcos y en los cristales a un hombre que intentaba mimetizar mis gestos y mi boca, pero nunca lograba ser yo, siempre iba  a destiempo, desentonando con el decorado, ese era yo en un país remoto, frío, demasiado kantiano, cuadriculado y elegante. Siempre correcto y exacto como una ecuación matemática,  pero desprovisto de entrañas, de sentimientos, pasiones, dolor y muerte. Aquella ciudad me parecía una naturaleza muerta, desprovista de cualquier ornamento vital, un bodegón de Cézzanne siempre perfecto en sus líneas y formas, pero falto de emoción humana, de la llama incendiaria que siempre fue para mí aquel país que ya solo alimentaba mi nostalgia. Aunque no lo echaba de menos, de mi pueblo me llegaban los olores y los colores, el verde rugoso de las praderas, el sol de invierno que acariciaba mis sueños de niño. Una añoranza inconsciente e inexplicable.  Me convertí sin quererlo en la sombra, que no es más que una certeza de la vida que acaba con la muerte, siempre presente y necesaria, pero en la perpetua obsolencia del segundo plano. Mi tía Angustias me había dado algunos datos de mi madre, “esa pobre desgraciada, una puta, eso es lo que era, abandonar a su familia por un negro, ¡qué vergüenza!”…Tras este pensamiento en voz alta, mi tía Angustias, que bien le iba el nombre a la pobre plañidera, me habló de una fábrica de harina en la calle Raista en la que había trabajado mi madre, según le contó ella misma en una carta. Cuando llegué a la fábrica una mujer rojiza y de aspecto amable me espetó de forma hiperbólica que por en aquellos años era su madre la que llevaba el tema de los contratos a españoles. Pude comunicarme con ella gracias a mi pobre alemán, idioma que mi padre trató de inculcarme por si mi madre volvía, para no demostrarle que era un niño tonto e ignorante. Mi padre decía estas palabras y acto seguido sacudía mi pantalón para enrojecerme la piel del culo. A veces se me ponía tan morado que me costaba sentarme.  La madre de la maja desnuda al estilo alemán me advirtió por teléfono que mi madre estuvo allí trabajando 10 años hasta que se enamoró de Basur (ese debía ser el negro). Con un titubeo que evidenciaba su edad, me dijo que creía recordar que mi madre y Basur se habían ido al pueblo de él, un pueblo tribal de Sudáfrica, “uno de esos en los que los niños corren desnudos y se les caen los mocos, mientras los leones persiguen a las gallinas y las mujeres no tienen otra cosa que hacer que llevar cántaros en la cabeza”, me dijo la vieja.

Cuando llegué a Sudáfrica me hice amigo de un jovencillo que pedía comida en la calle. Su nombre era Madmud Alinea, que significa “bienaventurado”. Pobre Madmud Alinea, pensaba yo, su nombre no ha sido coherente con el rumbo de su vida. Pero Madmud, pobre y con pantalones cortos y raídos, era un tipo  inteligente, que se convirtió en mi compañero de andanzas, en mi traductor y en mi amigo. Quizá él vio en mí al padre que nunca tuvo. Gracias a él yo empecé a creer en la raza humana, vi en sus ojos el fulgor de la esperanza tan reacia siempre a insinuarse en mi vida. Madmud me ayudó a  comunicarme con las autoridades para encontrar algún indicio de mi madre. Pregunté tantas veces y a tanta gente que no recuerdo quién me dio la primera pista, creo que fue una mujer que trabajaba en una especie e ayuntamiento, si se puede llamar así a un edificio con las paredes desconchadas y las estanterías ladeadas y a punto de derrumbarse, donde guardaban los empadronamientos. Conseguí llegar a una vieja casita de adobe, camuflada entre la tierra marrón que brotaba de mis pies. Una mujer mulata y atractiva se asomó al hueco que debería haber ocupado la puerta. Su sonrisa fue una explosión de primavera, sus dientes tan alineados y blancos que me dio vergüenza abrir la boca. Su cuerpo era un filamento carnívoro y excitante, por sus piernas, ligeramente separadas, gotitas de sudor jugueteaban ansiosas. Su pelo negro y sus ojos deslumbrantes, como dos piedras negras capaces de prender fuego al corazón más inerte, incluso al mío. Los rayos del sol se proyectaban en su espalda creando una alucinación etérea, el color suave y acaramelado de su piel resaltaba una  ropa que la engrandecía, un arco iris de colores que engrosaba aún más su belleza. Madmud me pellizcó al cabo de un tiempo, no sé cuánto rato estuve admirándola, en aquél instante la eternidad fornicó lasciva con las agujas del reloj, el vaivén de la gente, el ruido, las nubes, el paso del tiempo, quedaron petrificados en un cuadro al óleo, perfecto y equilibrado, una impresión eterna que se quedaría clavada en mis retinas para siempre.

Entonces aquél ser perfecto comenzó a hablar, en un castellano bastante bueno. “Hola, me llamo Fatna, sé algo de español porque mi madrastra era de tu país”. Entonces entendí todo, Fatna era la hija de Basur, y conoció a mi madre cuando ella y Basur regresaron a África. Hablamos durante mucho tiempo, ella me contó que su padre la había dejado con su tía para emigrar a Alemania, donde unos amigos suyos habían encontrado trabajo. Allí se enamoro perdidamente de una española, mi madre, hasta el punto de que los dos volvieron a Sudáfrica cuando consiguieron ahorrar algún dinero para vivir cómodamente. Juntos habían fundado en el pueblo un colegio para niños, y habían vivido felices en aquella casita de adobe que me devolvía una infancia arrebatada, como si aquella vida que Fatna me describía hubiese tenido que ser mi historia, mi propia vida. Yo le conté mi infancia, los latigazos de mi padre en aquella casa oscura y tapiada, el recuerdo de mi madre condensado en una foto, las ganas de huir que siempre me habían atormentado y los sarpullidos de una vida ingrata. Fatna me confesó que su padre y mi madre se habían querido mucho, y que desgraciadamente los dos estaban muertos. “Tu madre murió primero, por la picadura de un insecto que resultó letal. A los pocos días, mi padre, Basur, murió en los albores de una mañana templada, susurrando en voz baja el nombre de tu madre”

Entonces nuestras manos se entrelazaron, fue como si la vida me estuviese presentando una segunda oportunidad en el cuerpo de una mujer, un ser que arrancó de mí las raíces muertas que me habían enredado las entrañas durante tanto tiempo. El miedo, el dolor y el sufrimiento perdieron su vehemencia con la caricia sincera de esa belleza endémica, de esa silueta de mujer que desbrozó los fantasmas que habían oscurecido los pasajes de mi niñez y de mi adolescencia.

Esta pequeña historia os la dejo a vosotros, hijos, para testificaros cómo un emigrante que llegó a su casa después de 30 años, sin haber estado allí nunca,  se volvió a enamorar de la vida, de los olores, de los sabores de un país lejano que adoptó como suyo. Os lo dejo a vosotros, Fatna y Basur, como un testimonio del amor que siento por vuestra madre y por vosotros, que salisteis de las entrañas de dos viejos conocidos que se amaban  sin conocerse, ligados por la historia de su padre y de su madre, vuestros abuelos, que fueron felices en esta tierra negra, salvaje y fascinante que os dejamos como herencia.

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Xavier Horcajo, periodista de Intereconomía TV

 

 

¿Quieren ver cómo es Carla, Carlos, Carlitos, Carlines o lo que sea Antonelli ? Pues es esta señora de aspecto lozano, la chica, chico o chique que va a defender las listas de Tomás Gómez (…) Hubiera preferido un enfermo de sida o alguien con síndrome de Down antes que a Antonelli

 

 

Xavier Horcajo escupió por la boca esta sarta de sandeces en el programa «Otro gallo cantaría», de la tan siempre respetuosa y aclamada cadena fascista «Intereconomía«. Porque no, no se puede calificar a esta cadena de derechas, porque ser de derechas no exime el hecho de ser educado, respetuoso y transigente con los que son diferentes a ti. Porque no, la educación no tiene marca política y la decencia mucho menos.

 

Carla Antonelli

 

Es absolutamente recriminable que un periodista se burle así de la condición sexual de una candidata política, es inconcebible que en una sociedad occidental del siglo XXI se toleren estas muestras de intransigencia y rechazo, atacando directamente a todos los transexuales, enfermos de síndrome de Down y afectados de SIDA de este país.

Fíjense en el vídeo, esa cara de asco al insultar a Antonelli, y el acompañamiento musical de risitas y algarabía que subscribe este inaceptable comportamiento. Basta ya de aplaudir a este tipo de personajes, basta ya de promover el  insulto  desde los medios de comunicación, encumbrando la injuria y la calumnia y desdeñando cualquier atisbo de diálogo civilizado, y basta ya de legitimar a alguien que falta tan injuriosamente al sentido ético de su profesión. Xavier Horcajo me da miedo, Intereconomía me da miedo y que exista un segmento de audiencia que legitime su permanencia en la escena pública me da aún más miedo.

Se obró el milagro: tras 18 días de protestas un pueblo entero, más unido que nunca, consiguió destronar al último faraón egipcio (esperemos): Hosni Mubarak.

Hosni Mubarak

Obama declaró ayer que «estamos asistiendo a la historia en directo«, en relación al levantamiento popular en Egipto que ha logrado despejar un horizonte contaminado de años de corrupción, desequilibrio social  y decadencia.

El príncipe destronado, el octogenario Mubarak, que ha gobernado Egipto durante 30 años (y que  ha engrosado su cuenta corriente durante esos  30 años) aún tenía la intención de presentarse a las «elecciones» de septiembre, pese al  deterioro físico que ni las reiteradas sesiones de cirugía plástica podían obviar. Eso si que es empecinamiento y amor al cetro. El yugo despótico de su reinado, que ha sumido a su pueblo en una profunda inflacción y pobreza, ha llegado a su fin.

Wael Ghonim, bloggero y administrador de una página en Facebook desde la que se organizaba la protesta, se dirige a los manifestantes de la plaza de la "Liberación"

A pesar de que un buen tinte disimulaba sus incipientes canas, el cansancio del «rais» era evidente, aunque él tratara de disimularlo. Su final ha sido motivado por una insurrección histórica, sustentada en parte por el olor a democracia que destila Internet (las redes sociales y los blogs han sido los altavoces de la emancipación del pueblo egipcio), y el riesgo de pandemia es una amenaza para todos aquellos dirigintes no legitimados en las urnas que siguen sometiendo al pueblo a férreas y machaconas dictaduras.

Herencias vitaliceas auspiciadas por el derecho divino, hijos de reyes que heredan el trono por los siglos de los siglos (el presidente de Jordania, en el poder desde la muerte de su padre en 1999, o el de Siria), países con jefes y reyes despóticos, incluso homicidas (Mohamed VI, rey de Marruecos), golpistas convertidos en presidentes y excusados por unas urnas desprovistas de todo crédito (el presidente de Libia, o el de Mauritania)…

Bachar al Asad, presidente de Siria
         

Mohamed VI, actual rey de Marruecos

          

Y ante estos fascismos una mano redentora, el pueblo, que ha encumbrado con absoluta maestría la archiconocida frase de corte marxista  «la unión hace la fuerza».   González Pons afirmaba hace unos días, comparando a España -una democracia- con Egipto -una dictadura-, que «el pueblo cuando quiere, puede«. Aunque las intenciones de Pons iban por otros derroteros y el popular se mostró tan desafortunado como siempre, la verdad es que no le faltaba razón; Egipto y Túnez lo han demostrado, Yemen y Argelia lo están intentando, y el resto del mundo, desde una pasividad totalmente recriminable, nos alegramos. Porque aunque el futuro siempre es incierto, lo que está pasando en el Magreb es el primer paso para que África salga de la miseria que ha escrito las líneas de su Historia,   como un epíteto cruel y pegajoso.

Esta será la pandemia más bella del siglo XXI, y la más efectiva, pese a los esfuerzos de algunos por vetar Internet . Echaros a temblar, todopoderosos señores del mundo.